Letra: Carnavalixto — Zona 8
Oye, y querían sabor, aquí tienen pues,
son a ocho, qué bacanería
Ay, cuando el hombre es mujeriego
y la mujer es celosa,
pocas veces están de acuerdo,
siempre hay la contrariedad.
Porque la mujer se pone
más flaquita que un perrero,
y eso es por el mismo celo
que nos la deja engordar.
Y si el hombre sale a la calle,
ella se queda en la casa
llena de intranquilidad (vaya, pues).
Y cuando el hombre regresa
ya la encuentra endemoniada.
Hace por habrá y se traba guapa,
ni una más para nada.
Hay que ver una cosa
que yo voy a decir:
la mujer celosa
es cosa terrible,
y la mujer celosa
es cosa terrible.
Terrible, peligrosísima,
si no pregunten a Antonio Prada
y a Pepe Cristián.
¡Eso sí saben y bastante!
Acalíntate
Aquí están los decimeros
en un vuelo musical,
dos amigos y compañeros
se acaban de desafiar (jejejeje).
Remanca de Zap de Yo-Yo
a una copla de Cimera.
Vamos a escuchar, señores,
que aquí viene la primera (¡Wua!).
Yoyo, aquí en tus propios ojos
y con esto te voy a decir,
porque Mandrake me dijo
que tú hablaste de mí.
Y te voy a advertir
que no te metas conmigo.
Ya no somos más amigos,
Yoyo, tú eres traicionero.
Y te invito ahora mismo
a que tengamos un duelo.
Yo sé que tienes envidia
porque ya yo he caminao’
y también he monto chive y hoyo
y tú no lo has montao’.
Ya yo estoy civilizado
más que tú y tú a tu familia,
ando pa’ abajo y pa’ arriba
y no me haigo enredao’.
Y tú pa’ día Barranquilla
te llevarás amarrao’.
Ay, Rema, con todas tus esperanzas
te fuiste pa’ tierra ajena
y regresaste de vaina
porque casi que te pelan.
Tuviste un gran problema
pa’ volver a llegarte aquí,
y baja a decirme a mí
que te fue bien por allá.
Si trajiste la nariz
y la frente carrapela.
Ay, Rema, te diste una actura
de queso, bollo y arepa,
y tuviste la pechuga
de dejar sin plata, yepa.
Fuiste hasta sin vergüenza
que volviste a darle ella,
la pobre mujer tan buena
y tú metiendo la pata.
Ve que vendiste la yesua
y te robaron la plata.
(Risas)
Jajajajajajajaj,
ajajajajjajajaj,
ajajajajajajaja ja.
Tienes un cuento tapado
y yo no quería decir na’,
pero quedamos citados
pa’ volvernos a encontrar.
Y te voy a divulgar
ahora mismo en este verso.
Tu patrón no sabe esto,
‘tá inocente todavía,
y cuando se perdían los quesos
tú eres quien te los domina.
Cierre:
Y que siga la fiesta,
que viva la vida.