Rafael Santos Díaz Acosta
Nació el 24 de octubre de 1979 en Valledupar, Colombia, en el hogar de Diomedes Díaz Maestre y Patricia Isabel Acosta Solano. Desde temprana edad mostró inclinación por la música, ya que a los cuatro años su padre, el icónico Diomedes Díaz, lo invitaba a cantar en diferentes escenarios. A los cinco años, comenzó a componer canciones para su madre, Doña Patricia Acosta, quien ha sido su fuente de inspiración y confidente personal.
Rafael Santos tiene varios hermanos, entre los que destacan Luis Ángel, Diomedes de Jesús, «El Gran» Martín Elías, Rosalbira y Betsy Liliana. Mide 1.70 cm y pesa 58 kg; sus colores preferidos son el blanco y el negro. Una de sus canciones más memorables es «Mi Muchacho», dedicada por su padre cuando él era muy pequeño.
Realizó sus estudios de primaria en el Colegio Ateneo El Rosario y el Colombo-Inglés de Valledupar, y completó su bachillerato en el Colegio Retos y Retos de Santa Fé de Bogotá, donde se distinguió por ser un joven pujante, inteligente y un gran compañero.
Su primera gran experiencia musical ocurrió en la Plaza Alfonso López de Valledupar, durante los Festivales Vallenatos, donde se presentaban artistas de renombre como Diomedes Díaz y «El Cocha» Molina. Rafael tuvo la oportunidad de compartir escenario con el fallecido Rafael Orozco, a quien admiraba profundamente.
En 1995, a los 15 años, Rafael decidió tomar en serio su carrera musical y se trasladó a Bogotá, donde alternó sus estudios de bachillerato con su formación musical. Estudió con destacados profesores como Jairo Enrique Ocampo y Otoniel Miranda, quienes lo ayudaron a perfeccionar su técnica vocal y habilidades con la guitarra.
A pesar de su juventud, Rafael Santos ha tomado su carrera con gran seriedad, reconociendo que el vallenato ha carecido de un ídolo original en muchos años. Es consciente de los desafíos que enfrenta el género, pero su objetivo es continuar la tradición. Él cree que su padre, Diomedes, aún tiene mucho por ofrecer en términos de corazón, voz y energía. La pregunta que todos se hacen es: ¿qué sucederá después de Cacique? A pesar de ser hijo de un ídolo y haber crecido en la música, Rafael esperó el momento adecuado para iniciar su carrera, confiando en la herencia vocal que le legó su padre.