Nació el 21 de octubre de 1934. Cuando tenia 16 años inició un recorrido por Venezuela, donde realizó los primeros estudios de conservatorio y expuso sus cualidades para componer canciones en los aires de paseo, pasaje, merengue, joropo, gaita, porro, vals, bolero, pasillo, bambuco y sones caribeños.
Por una casualidad nace al frente del mar Caribe, allá en Díbulla, un 21 de octubre de 1934.
Con sus padres, Carlos Modesto Huertas Gómez y Dolores Gómez Gómez, desde muy pequeño hizo camino al andar y se apropió de una de las características que lo distinguió en el resto de sus días. se convirtió en un errabundo incansable: su obsesión era caminar y caminar por el universo. Hizo la primera escala en Lagunita, caserío del municipio de Barrancas, Guajira. En el perímetro de la Lagunita, Hato Nuevo, Papayal, Barrancas, Fonseca, y Distracción, crece el talento andante de quien con este ir y venir de pueblo en pueblo alimenta su instinto viajero, que fecunda el arte musical y enaltece los valores y las costumbres tradicionales a través de una poesía primitiva, de versos espontáneos y de canto silvestre emitido desde lo más profundo del espíritu, en consonancia con el panorama ofrecido por la naturaleza en las riberas de afluentes, en los patios y en las tertulias pueblerinas.
Su inclinación por el culto melódico es «un mal de cuna». Su padre Carlos Modesto Huertas Gómez, tocaba la flauta, la guitarra y el tiple. su abuelo, Atinio Huertas, fue director de orquesta en Riohacha.
Cuando tenía 16 años inició un recorrido por Venezuela, donde realizó los primeros estudios de conservatorio y expuso sus cualidades para componer canciones en los aires de paseo, pasaje, merengue, joropo, gaita, porro, vals, bolero, pasillo, bambuco y sones caribeños.
A los pueblos los quiso como a su propio ser. Les rindió homenaje en agradecimiento a la hospitalidad recibida y honró en sus cantos las vivencias que le marcaron el sentimiento, ejemplo de ello «Tierra de Cantores»
Hoy se nota en la Floresta
Un ambiente de alegría
Y el rumor de Ranchería
Es más dulce y sabe a fiesta,
Claro si es que está en Fonseca
El pueblo y San Agustín
Conmemorando el festín
De esta tierra de cantores
En donde los acordeones
Saben llorar y reir.
Los cantos de Carlos Huertas fueron magistralmente interpretados por Alfredo Gutiérrez, Elías Rosado y Juancho Rois, Silvio Brito, Los Melódicos de Venezuela, Los Hermanos Zuleta, Los Hermanos López y Jorge Oñate con «Colacho» Mendoza, de quienes se recuerda con frecuencia la versión que para algunos es considerada como un reconocimiento al máximo evento folclórico que se celebra en el país, el Festival de la Leyenda Vallenata.
Entre sus composiciones figuran temas como Orgullo Guajiro, La Casa, Tierras del Sinú, Lola la Negra, Mis Delirios, Tierra de Cantores y El Cantor de Fonseca entre otros.
El 18 de septiembre de 1999 deja de existir en el municipio de Maicao, departamento de la Guajira, rodeado de su esposa y sus hijos, llevándose como atributo el reconocimiento de un pueblo y la satisfacción personal de haber impuesto en el gusto de sus amigos y seguidores la sustancia nativa de sus cantos.
A los 64, murió en el mes de septiembre de 1999, victima de problemas circulatorios que le aquejan desde hace algún tiempo. Le sobreviven su esposa Leila Larios y sus hijos Lola, Lira, Hugo Alfredo y Carlos Gardel.
Nacido en la Guajira, en la población de Dibulla, el 21 de octubre de 1955, Carlos Huertas, es uno de los inmortales de nuestro folclor por su canción, su guitarra y su personalidad.
Es uno de los grandes del vallenato contemporáneo, con más de 100 canciones donde se incluyen: Hermosos tiempos, El abrazo guajiro, Orgullo guajiro, Tierra de cantores, Al compás de mi guitarra, Del tamaño de la luna, y por supuesto El Cantor de Fonseca, que le dió el apelativo del mismo nombre.
Vivía desde hace varios años en Maicao, ciudad del norte de Colombia, este también gran exponente de la guitarra, ganador de torneos como El Festival Vallenato en Guitarras de Codazzi (Cesar).
A los 64, murió el pasado mes de septiembre, victima de problemas circulatorios que le aquejan desde hace algún tiempo.
Le sobreviven su esposa Leila Larios y sus hijos Lola, Lira, Hugo Alfredo y Carlos Gardel, hijo mayor del maestro, ex guitarrista de Carlos Vives y actual director del grupo vallenato Los Pelaos